Una mágica media verónica dejó a la afición esperando otra vez a un torero de Sevilla muy querido en Madrid
Miguel Ángel Perera
traía el runrún de una maciza tarde. Al filo del triunfo, llegó
dispuesto a no guardarse nada y dio la única vuelta al ruedo con el «encastado» tercero: «Ha sido una faena muy trabajada, encajado y entregado,
dejando la muleta en la cara». Ahí quedaron naturales parsimoniosos con
los que la plaza rugió, pero el extremeño ambicionaba más.
Finito de Córdoba regresaba a Las ventas en
una fecha señera: su 22 cumpleaños de alternativa. Sólo soplaron las
velas del viento en el cuarto: «Molestaba una barbaridad». Con el que
abrió plaza, «con virtudes», aseguró sentirse «muy a gusto».
Una vez más, a Morante
no le acompañó la fortuna en el sorteo. Así habló del sobrero: «En otro
tipo de plazas, se le puede buscar las vueltas, pero Madrid requiere
mucha seriedad y no era un toro propicio para estar bien». Menos aún «Avispado», horrible bautizo de mortal recuerdo. «Tenía muy poco celo y para estar ahí haciendo el paripé mejor no estar».
El torero de La Puebla se marchó «triste y mal, puesto que los toros no han acompañado al lucimiento y el viento incomoda mucho». La Monumental se quedó otra vez esperando a Morante: «No sabría qué decirles a tantos aficionados, que lo siento...», declaró a las cámaras de Canal Plus. Sus múltiples partidarios salieron recordando una mágica media verónica. Volverán los aficionados y volverá el artista. Próxima estación: Corrida de Beneficencia.
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